El neologismo de la innovabilidad es una realidad que de forma progresiva debemos incorporarla en nuestro mindset hasta que llegue a convertirse en una competencia. Incluso, ya podemos ver a este término como un enfoque, debido a que permite llegar hasta la unidad, es decir, a cada persona y es de carácter aplicativo. Esto lo denominamos cómo una Estructura de Producción Unidimensional de Innovabilidad. A partir de allí, se van complejizando las estructuras que inicialmente las hemos denominado como: persona, familia, círculo de amistades, equipos de trabajo, y también aplica a estrategias que puede provenir de organizaciones, sectores, políticas públicas, provincias, países, regiones, organismos multilaterales y políticas globales, entre otros.
Autor: Iván De La Vega
Si la innovabilidad se define como el proceso de aplicación de estrategias que buscan desarrollar productos, procesos, servicios, cambios organizacionales, estrategias de marketing o nuevos modelos de negocios (o combinación de ellas), hacia adentro y hacia afuera de la organización, pensando en generar una mayor competitividad a través de prácticas sostenibles (De la Vega & Barcellos de Paula, 2020), y lo relacionamos a las distintas estructuras de producción de innovabilidad, entonces podemos comprender que estamos frente a un neo-concepto que fue pensado para que cada persona inicie actos de innovabilidad y los fertilice botton up. En realidad, las estrategias también pueden provenir de forma transversal o top down cuando hablamos de organizaciones.
El cambio disruptivo que promueve la innovabilidad en el mindset de las personas, se genera en la diferenciación de este enfoque con respecto a otros que intentan explicar la realidad a partir de acciones que provienen de las organizaciones. El establecimiento de lo que hemos denominado como una estructura de producción unidimensional de innovabilidad, se genera a partir de cada una de las iniciativas que realiza cada persona. Es decir, hablamos de una reprogramación neurolingüística que parte de pensar y accionar activando el sentido de prioridad que tiene el cuidado del medio ambiente.
La innovabilidad utiliza a la creatividad como el factor detonante para generar innovaciones orientadas a la noción de impactos positivos sobre el medio ambiente. Este enfoque busca fomentar las buenas prácticas a través de los distintos medios que tenemos a nuestra disposición. Para operar bajo esta orientación las estrategias pueden ser básicas o complejas. Pueden surgir de forma individual, o de cualquier tipo de estructura. Por lo tanto, la innovabilidad debe medirse y es fundamental diseñar una familia de indicadores pertinentes para que cada iniciativa, con sus respectivos procesos, cumpla de forma adecuada con el acto de la innovabilidad. Se recomienda aplicar los siguientes indicadores clave de rendimiento (SMART KPI): “Specific” (específico), “Measurable” (mensurable), “Attainable” (alcanzable), “Relevant” (relevante) y “Time-bound” (con límite de tiempo). Por lo tanto, la innovabilidad es una nueva lógica de entender el mundo y actuar en consecuencia en búsqueda del bien común.