Autor: Iván De La Vega
En lo que va del siglo XXI, la humanidad ha adquirido una creciente consciencia sobre la huella de carbono que cada persona, organización o país genera. Este concepto se refiere a la medición de la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos de forma directa o indirecta por individuos, instituciones, productos, eventos o naciones. Dicho nivel de trazabilidad permite comprender el impacto ambiental asociado a nuestras actividades cotidianas y productivas. En efecto, este impacto posee distintos alcances y actores involucrados, todos los cuales contribuyen, en mayor o menor medida, a la generación de emisiones que inciden en el cambio climático, el cual constituye uno de los principales desafíos actuales y futuros de la sociedad global.
Ir hacia el enfoque de la Huella de Innovabilidad, implica ir más allá de la neutralidad de carbono. Esto significa que no sólo se trata de emitir cero, sino que también tenemos que generar cero impactos negativos netos y múltiples impactos positivos. Pero, ¿entoncescómo la podemos definir?La Huella de Innovabilidad se entiende comoel estadio avanzado de la innovabilidad, en el que los procesos, productos y modelos de negocio no solo reducen o compensan su huella ecológica, sino que la transforman en un flujo regenerativo, alcanzando un equilibrio dinámico entre valor económico, social y ambiental. Esto significa que debemos tener una visión consciente del futuro y eso equivale a liderar este tipo de procesos. Por esa razón, todos debemos tener consciencia de nuestras acciones y comprometernos con este tipo de acciones para poder generar actos que claramente conduzcan a impactos positivos medibles.
Diseñar y lanzar al mundo un prototipo basado en una aplicación que mida la Huella de Innovabilidad, es el reto que debemos proponernos como sociedad global. Las dimensiones a evaluar no solo deben medir huella de carbono, sino la intencionalidad en la generación de actos que demuestren que, en algún grado, se realizan impactos positivos, por lo que la regeneratividad del planeta será parte de la tarea.
La huella de carbono, cuando se interpreta bajo el enfoque de innovabilidad, deja de ser una métrica de daño y se convierte en una métrica de consciencia. Desde ahí, el paso hacia la Huella de Innovabilidad representa la madurez máxima de una persona, organización o país: aquella que innova regenerando, y compite creando futuro. ¿Y tú? ¿Qué piensas al respecto?