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Autor: Luciano Barcellos de Paula

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El cambio climático es uno de los problemas más complejo a los que nos enfrentamos actualmente, debido que sus causas y efectos se interconectan en varios ámbitos, como entre económico, social, ambiental, político, y salud. Al mismo tiempo, es un problema dinámico marcado por eventos meteorológicos observados en varias partes del planeta de manera más frecuente e intensa. A pesar de los esfuerzos en combatir contra el cambio climático, las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) relacionadas con la energía para 2021 aumentaron un 6%, alcanzando el nivel más alto de la historia y anulando por completo la reducción relacionada con la pandemia que se produjo en 2020 (United Nations, 2022, p.52). En términos prácticos, las emisiones de CO₂, que son los mayores responsables por el calentamiento global, generan implicaciones como el aumento del nivel del mar, la pérdida de biodiversidad, y la reducción de la calidad de vida. Por otro lado, se observa un incremento de los riesgos y preocupaciones por las fuertes olas de calor y frío, incendios, lluvias intensas, sequías, entre otros, que provocan un aumento de enfermedades y víctimas.

Los desequilibrios naturales traen como consecuencias costes asociados por las destrucciones en infraestructuras de transportes y de hogares, inundaciones, stress hídrico, migración de personas, reducción del rendimiento de los cultivos agrícolas, y el incremento de las tensiones sociales, políticas y económicas. Por lo tanto, se confirma la existencia de una crisis provocada por el cambio climático, en que las causas globales producen efectos locales, y todos somos afectados de manera directa e indirecta. Por estas razones, las soluciones dependerán de un esfuerzo urgente entre naciones, empresas, organizaciones e individuos. Las medidas más indicadas se encuentran en estrategias de adaptación y mitigación, lo que generará costos económicos. En esta dirección, se ratifica que la adaptación proactiva ha sido menos gravosa en el coste del ciclo de vida que las estrategias de adaptación reactiva (Swarna and Hossain, 2022). 

A nivel empresarial, las catástrofes agravadas por el clima cuestan miles de millones a empresas e inversores. Los costes del capital natural fueron un 77% superiores a los ingresos netos de las principales empresas mundiales en 2019, y el 66% de estas empresas tendrán al menos un activo bajo alto riesgo físico en 2050. El mayor riesgo proviene del estrés hídrico y de los incendios forestales (S&P Global, 2022). Por lo tanto, es necesario realizar un análisis de riesgos y oportunidades del cambio climático en toda la cadena de valor para reducir el calentamiento global. Otras recomendaciones residirían en incorporar el cambio climático en la cultura empresarial integrándolo como pilar clave en la estrategia de la compañía, implementar sistemas de gestión ambiental certificados, buscar eficiencia energética en las operaciones, priorizar el uso de energías renovables y reducir las emisiones de CO₂. Finalmente, sería muy apropiado incluir acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, e implementar la economía circular en las actividades empresariales (Pacto Mundial, 2022). De esta manera, las firmas estarían colaborando para atenuar la crisis climática y gestionando su sostenibilidad.

Si desea comunicarse con el profesor e investigador de CENTRUM PUCP Luciano Barcellos de Paula, escribir a: lbarcellosdepaula@pucp.edu.pe

Referencias

• Pacto Mundial (2022). [Página web] Recuperado en: https://www.pactomundial.org/ods/13-accion-por-el-clima/

• S&P Global (2022). [Página web] Recuperado en: https://www.spglobal.com/esg/education/essential-sustainability/climate/physical-risks

• Surya T. Swarna and Kamal Hossain (2022). Climate change impact and adaptation for highway asphalt pavements: a literature review. Canadian Journal of Civil Engineering. 49(7): 1109-1120. https://doi.org/10.1139/cjce-2021-0209

• United Nations (2022). The Sustainable Development Goals Report 2022. Recuperado en: https://unstats.un.org/sdgs/report/2022/

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