Novedades ¿Cuántas camas hay? Increíble… nadie lo sabe

¿Cuántas camas hay? Increíble… nadie lo sabe

La actual pandemia del coronavirus muestra con crudeza la falta de integración de nuestros sistemas para hacer frente a problemas de interdependencia social, los cuales cobran crítica relevancia en el caso de crisis sociales, como la actual pandemia.

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¿Cuántas camas hay? Increíble… nadie lo sabe

Esto es particularmente relevante en el caso de la salud, un tema con múltiples aristas de interdependencia social, las cuales no pueden ser enfrentadas sin un enfoque global que integre las distintas entidades involucradas.

En salud, en el país, tenemos múltiples entidades con independencia decisoria, presupuestal, de gestión y de sistemas de información. Se tiene al Gobierno Nacional, a los gobiernos regionales, a los institutos armados, a municipios, a clínicas privadas, EPS, etc. Esta independencia tiene distintos aspectos positivos y de eficiencia administrativa y económica; sin embargo, es altamente ineficaz para hacer frente a crisis de naturaleza socialmente interdependiente, esto es, una crisis donde el comportamiento individual tiene un impacto importante en toda la sociedad y viceversa. El comportamiento del conjunto de entidades, afecta a cada una de ellas. Esto grafica y, en realidad, es parte de la definición del fenómeno en toda pandemia como la actual.

En la pandemia, la infección de todo individuo, a través de la interacción social, genera múltiples infectados, los cuales infectan a otros y así sucesivamente en una reacción en cadena con crecimiento exponencial. Este crecimiento exponencial no puede ser manejado por ningún sistema sanitario, dado que su tasa de crecimiento exponencial supera largamente las capacidades cuasi-aritméticas de crecimiento de estas. Como hemos visto, para frenar este desbalance en tasas de crecimiento, se opta por romper la vinculación social física, aislando a los individuos; lo cual, implica romper la cadena productiva y la independencia entre lo que se produce y lo que se consume; en pocas palabras, se paraliza la economía. Esta paralización de la economía a su vez genera un “contagio” ahora entre las distintas facetas de la sociedad: surge el importante problema de la disyuntiva entre salud y economía, lo cual, es cuestión de esperar, puede luego trasladarse a lo social: vandalismo, saqueos, protestas, etc. Todo esto es particularmente agudo en nuestro país.

La forma de enfrentar esta trágica calamidad es a través de una visión integral del problema, para lo cual es imprescindible una estrecha coordinación de las entidades. Lamentablemente, en los plazos de tiempo que se manejan, esta coordinación puede ser prácticamente imposible desde un punto de vista de toma de decisiones y de acciones. Se requiere en realidad una unidad central preparada para este fin, no una que se esté implementando en el proceso y sin mayor conocimiento de la problemática desde un punto de vista de tratamiento global de sistemas. Siguiendo un ejemplo de moda, lo más importante en una guerra es la capacidad de movilizar a todo el país hacia la guerra.

Pensando hacia adelante (pandemias y otras calamidades de ese tipo, siempre las vamos a tener) es importante el desarrollo de ese sistema, al interior del cual destaca el contar con un sistema de información integrado, cuya ausencia en esta crisis ha sido notable. Hemos visto ministros sin poder responder con un mínimo de exactitud preguntas básicas como número de camas, número de médicos, de equipamiento, etc. Todo esto no por incapacidad de estos ministros, sino por la carencia de un sistema de información global, capaz de responder en forma sistémica a las preguntas y no a través de pedir información a través de las entidades individuales para luego sumarlas, sin ningún control de la calidad, de posibilidades de evitar duplicidad y un mínimo de consistencia.

Con lo del sistema de información integrado nos estamos refiriendo solo a un elemento particular de lo que es todo un sistema de salud a manera ilustrativa. Sin embargo, no debe descuidarse su importancia. Es imprescindible para la definición de estrategias y toma de decisiones; como a veces se dice, es luz para los ojos. Hoy en día esto del sistema de información es todo un mundo especializado con potentes herramientas y en constante innovación. Hablamos desde la captación del dato, su depuración, su integración al sistema para transformar datos en información, el análisis de la información a través de modelos y otras técnicas para transformarlo en conocimiento, la transformación de este conocimiento en proyecciones, decisiones y estrategias. Esto involucra técnicas de captación de información en tiempo real, inteligencia artificial, data mining, etc.

El desarrollo de este sistema integral de información es un proceso continuo, sin fin, en constante depuración, ampliación y modernización; por su importancia debe ser iniciado ya, en forma profesional. Se requiere estudiar bien la estrategia a seguir ¿Debe definirse un solo sistema que trate de englobar los diferentes sistemas de información vinculados a problemas de crisis sociales integradas?, ¿es posible el manejo de un sistema para cada sector? El INEI es nuestro sistema de información a nivel país y es una institución que ha progresado en forma importante en las últimas dos y hasta tres décadas pero ¿es la institución adecuada para la problemática a la cual nos referimos?

Por su naturaleza, la información que genera el INEI está especialmente dirigida para atender problemas de naturaleza periódica, no de emergencia; apoyar la toma de decisiones y formulación de estrategias no inmediatista; apoyo a investigaciones; etc. El sistema de información que se requiere para el tipo de crisis que nos referimos (epidemias, pandemias, fenómenos naturales, etc) es de naturaleza más inmediatista, de mayor capacidad reactiva, acercándose a un servicio casi de tiempo real. Se requiere de otro tipo de sistema, el cual tiene como objetivo la atención de las crisis poco frecuentes a las que nos referimos. Pero esto no quiere decir que no sea también de utilidad para otros múltiples usos, e idealmente como una fuente más para una importante institución como la INEI. Su principal uso, en crisis o tiempos normales, está dirigido a información para decisiones de gestión de muy corto plazo.

Avanzar hacia la modernidad, siempre, pero hoy más que nunca, implica el desarrollo e implementación de sistemas de información con últimos avances tecnológicos. La sociedad del futuro es una sociedad de conocimiento y el conocimiento se genera a partir de la información.

Si desea comunicarse con el profesor e investigador de CENTRUM PUCP, Sergio Chión, escribir a: sjchion@pucp.edu.pe

CENTRUM PUCP se reserva sobre las opiniones personales presentadas en este artículo.

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