La Región Cajamarca figura entre las más pobres del país, sin embargo, cuenta con cinco sectores económicos consolidados y dos en proceso de estarlo que podrían cambiar su rostro: el agropecuario, pesca (como piscicultura), minería, turismo, el financiero, y los sectores inmobiliario y de consumo masivo. Sobre la base de esta realidad, Cajamarca debe trabajar en aquellos aspectos por ser desarrollados para convertir sus potencialidades en realidades, como invertir en educación, salud, nutrición, y expandir su infraestructura urbana: carreteras, calles, plazas, y habilitaciones urbanas. Para lograrlo, la región debe atraer el capital privado nacional y extranjero, promover la incorporación de tecnología, alentar la conformación de macrorregiones, y crear clústers en zonas potenciales de desarrollo, luego de hacer un análisis del territorio y un mapeo de los recursos naturales, los no renovables y los turísticos. Este planeamiento estratégico está basado en la evaluación y control que deberán llevarse a cabo en todo momento del proceso general, para lo cual el Gobierno Regional se verá obligado a invertir en la adquisición de los recursos gerenciales y operativos para la toma de decisiones que la lleven por la senda del desarrollo. En estas condiciones, Cajamarca podrá ser para 2025 una de las sietes primeras regiones del Perú, capaz de ofrecer, mantener, y asegurar los atractivos de una capital moderna sin desvincularse de su historia y costumbres, y al mismo tiempo interesante para las inversiones, respetuosa de la ética y en armonía con el medio ambiente a través de procesos eficaces, eficientes, y productivos, para convertirse en una ciudad insignia de los productos mineros, servicios turísticos vivenciales, y exportadora de productos no tradicionales.
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