En los últimos años, las agendas de desarrollo sostenible, igualdad de género e inclusión financiera han ido convergiendo de forma cada vez más evidente. Sin embargo, la relación entre el acceso a las finanzas y el bienestar de las mujeres sigue siendo una línea de investigación poco consolidada. Nuestro estudio, recientemente publicado en Cogent Social Sciences, busca llenar ese vacío mediante una revisión sistemática de la literatura existente sobre este vínculo crucial pero subestudiado.
¿Por qué hablar de finanzas y bienestar en mujeres?
Hablar de finanzas y bienestar no es solamente hablar de dinero. Es hablar de libertad, independencia, capacidad de decisión y calidad de vida. Cuando se trata de las mujeres, los datos muestran consistentemente una brecha preocupante: menor acceso a servicios financieros, menor nivel de educación financiera y mayor vulnerabilidad económica. Esta desigualdad no solo es injusta, sino que tiene consecuencias reales sobre el bienestar físico, mental, social y económico de millones de mujeres en todo el mundo.
A pesar de estos desafíos, no existía hasta ahora una revisión integral que sistematizara qué se ha investigado sobre este tema, qué se sabe con certeza, y qué vacíos permanecen. Eso es justamente lo que propone nuestra investigación.
Una revisión en dos etapas: rigor cuantitativo y riqueza cualitativa
Nuestro trabajo se basa en una metodología de dos fases. En la primera etapa, realizamos un análisis bibliométricoutilizando bases de datos académicas reconocidas como Scopus, Web of Science y Dimensions, empleando herramientas como Bibliometrix y el protocolo PRISMA. Esta fase nos permitió identificar 34 publicaciones relevantes, entre artículos científicos, libros y revisiones, publicadas entre 2006 y 2023.
En la segunda etapa, desarrollamos un análisis cualitativo profundo. Este incluyó la interpretación de los textos, el desarrollo de mapas conceptuales y temáticos, y el cruce de ideas clave. Gracias a este enfoque mixto, logramos no solo mapear el estado del arte, sino también interpretar críticamente las tendencias, brechas y desafíos del campo.
Principales hallazgos
- La educación financiera sigue siendo una deuda pendiente
Uno de los hallazgos más consistentes es la persistente brecha en educación financiera. Las mujeres, especialmente en países en desarrollo, acceden menos a herramientas educativas sobre finanzas y, cuando lo hacen, suelen tener resultados más bajos que los hombres. Esto se asocia con una menor confianza en la toma de decisiones económicas y una mayor exposición al estrés financiero. - La inclusión financiera mejora el bienestar… pero no es suficiente
El acceso a productos financieros (cuentas, créditos, seguros) ha demostrado tener un impacto positivo sobre el bienestar de las mujeres. Sin embargo, este acceso debe estar acompañado de un entorno que promueva la autonomía, la capacitación, el acceso a redes de apoyo y políticas públicas inclusivas. De lo contrario, la inclusión financiera puede convertirse en una ilusión sin efectos reales sobre la calidad de vida. - El bienestar es un concepto multidimensional
Uno de los aportes más relevantes de la revisión es la diferenciación conceptual entre bienestar, bienestar económico y bienestar financiero. Esta distinción es clave para futuras investigaciones y para la formulación de políticas:- Bienestar económico: se refiere a los recursos actuales disponibles para consumir o gastar.
- Bienestar financiero: está vinculado a la capacidad de proyectar estabilidad en el tiempo, es decir, a la planificación financiera de corto, mediano y largo plazo.
- Bienestar (general): abarca la estabilidad económica, la independencia personal, y las oportunidades de desarrollo.
- Factores individuales, familiares y sociales
La literatura identifica múltiples niveles de influencia sobre el bienestar financiero de las mujeres. A nivel individual, destacan la autoestima financiera, el nivel educativo y la experiencia previa. A nivel familiar, influyen aspectos como el rol dentro del hogar o el estado civil. Y a nivel comunitario y social, la inclusión, el acceso a redes de apoyo, y las normas culturales son determinantes clave.
Implicancias prácticas y políticas
Los hallazgos del estudio tienen implicancias directas para formuladores de políticas públicas, educadores financieros, instituciones financieras y organizaciones de desarrollo. Algunas recomendaciones concretas incluyen:
- Diseñar programas diferenciados por género, que consideren las realidades específicas de las mujeres en distintas etapas de su vida (jóvenes, madres, adultas mayores).
- Impulsar campañas de educación financiera adaptadas, tanto en lenguaje como en canales (por ejemplo, medios digitales, talleres comunitarios, redes sociales).
- Ofrecer productos financieros sensibles al género, como seguros para emprendedoras, cuentas de ahorro con incentivos o créditos con acompañamiento técnico.
- Desarrollar políticas integrales de bienestar, donde la inclusión financiera sea solo una pieza dentro de un enfoque más amplio que considere salud mental, autonomía, seguridad y justicia económica.
Una base sólida para investigaciones futuras
Nuestro estudio deja también planteadas varias preguntas y caminos para futuras investigaciones:
- ¿Cómo influye la deuda en el bienestar de las mujeres?
- ¿Qué rol juegan las tecnologías financieras (fintech) en cerrar o ampliar la brecha de género?
- ¿Cómo varía la relación entre finanzas y bienestar según el país, la edad, el nivel educativo o el sector laboral?
- ¿Qué intervenciones son realmente eficaces para mejorar simultáneamente inclusión financiera y bienestar?
Estas preguntas requieren respuestas basadas en evidencia y estudios comparativos que consideren el contexto, la trayectoria vital y los diversos roles sociales de las mujeres.
Conclusión
La relación entre finanzas y bienestar femenino no es lineal ni simple, pero es incuestionablemente relevante. Nuestro estudio muestra que existe un interés creciente por entender esta relación, pero que todavía hay mucho por explorar. Si queremos construir una sociedad más justa, equitativa y resiliente, es imprescindible avanzar hacia una mayor inclusión financiera con sentido y con impacto. Porque cuando las mujeres acceden a las herramientas para gestionar mejor su dinero, no solo mejoran sus finanzas, mejoran su vida y, con ella, la de sus familias y comunidades.