Pero como los recursos fiscales no son infinitos, el Gobierno decidió que los trabajadores, con sus propios recursos, cubran sus necesidades de liquidez. En esta opción se inscribe, la reciente ley promulgada por el Congreso de la República que permite retirar el 25% de la cuenta de capitalización de los fondos de la AFP con un tope de S/12,900 (equivalente a tres UIT). Varios han señalado que de aplicarse esta, originará una adversa afectación financiera y económica al país. ¿Es cierto ello? Veamos.
Para comenzar, estamos viendo un tema que aplica directamente con datos a marzo de este año a 7’521,916 afiliados de las AFP, con un fondo previsional de S/152,000 millones-este monto no captura aún la parte sustancial de la pérdida de valor del fondo en el exterior, por el adverso efecto económico de la pandemia covid-19- a nivel global.
A marzo, el mencionado monto invertido en activos financieros locales representa un 55.4%, o sea S/84,208millones, y el restante 44.6%, es decir S/67,792 millones, en el exterior. Si calculamos la demanda de efectivo implicada por el retiro de fondos, a lo máximo llegaríamos a S/27,000 millones requeridos, por lo cual es perfectamente financiable, este requerimiento, vendiendo parte de la posición de activos invertidos en el exterior (S/67,792 millones). Si las AFP intencionalmente quisieran afectar al Estado, obtendrían parte del efectivo producto de la venta de inversiones en bonos soberanos peruanos. La secuencia es simple: mayor oferta, precios a la baja e intereses al alza.
¿Y por qué los afiliados apenas pueden retirar sus fondos de las AFP? (¿Clientes Satisfechos?). En primer lugar, por la poca confianza respecto a estas, junto a asimétricas reglas que las favorecen. Y, segundo, dada la coyuntura porelcovid-19, buscan cautelar la mayor cantidad de su ahorro bajo control personal.
Cabe referir que la mencionada desconfianza hacia las AFP, estas se la ganaron a pulso en el tiempo, ya que a pesar de evidentes inequidades por resolver, sus planteamientos buscaban maximizar sus beneficios: pensión mínima garantizada por el Estado, facilidades para más aportes voluntarios, etcétera. Todas en favor exclusivo de las AFP.
Finalmente, si de algo sirve este bizarro e inédito evento como la pandemia covid-19, es observar primero: que para resolver parte de la iliquidez el trabajador estará usando su propia plata, a través de un mayor acceso a sus fondos previsionales y, además, que ante falta de argumentos, las propias AFP-y algunos opinólogos- tratan de meter miedo… Infructuosamente.
Nota. Artículo publicado en el diario Gestión
Si desea comunicarse con el profesor e investigador Kurt Burneo, escribir a kburneo@pucp.edu.pe
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