Uno de los debates que hoy se anuncia en el Congreso es el proyecto de ley que permita a los pensionistas hasta el 25% de sus aportes. Al respecto, la ministra del MEF, María Antonieta Alva, y el propio Presidente Vizcarra han señalado, hace algunas semanas, que el sistema de pensiones necesita una reforma integral pues no se puede garantizar una pensión justa y necesaria para los futuros pensionistas en los próximos 20 y 30 años.
Hoy la emergencia sanitaria no está evidenciando una nueva crisis económica y por tanto puede resultar fácil otorgar una ley que por ahora supere el problema de falta de ingresos y liquidez de algunos millones de peruanos, pero esta medida puede poner el mucho riesgo el futuro, pues si los afiliados a las AFP retiran sus fondos del sistema de pensiones y si además existe un aumento excesivo del retiro de los aportes, todo ello, puede traernos como consecuencia una inestabilidad financiera.
Está claro que ninguna institución que pertenece a la industria bancaria ha estado lo suficientemente preparada para una coyuntura de esta magnitud. Los bancos y cajas de ahorro están, por ejemplo, ofreciendo postergaciones de pagos en estos tiempos de coronavirus con intereses que tampoco son tan justos. Queda claro, que el sistema bancario no tenía ni tiene un plan de contingencia. En este momento se viene actuando de manera reactiva y no siempre en beneficio de los clientes.
Banca Responsable
El 22 de septiembre de 2019, durante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, se firmaron oficialmente los Principios de Banca Responsable. Unos principios que nacieron en París hace algunos años atrás, gracias a la iniciativa de 28 entidades financieras y en el marco de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Estos principios tienen como objetivo fundamental determinar el rol y las responsabilidades de la industria bancaria para el desarrollo de un futuro sostenible, alineándose a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por la propio ONU y con el Acuerdo Climático de París que se concretó en 2015.
En resumen, estos principios son: Alineamiento, Impacto y fijación de objetivos, Clientes, Stakeholders, Gobernanza y cultura, y Transparencia y responsabilidad.
Sería ideal que nuestra banca y en general nuestro sistema financiero se acoja a estos principios éticos y responsables que permitan gestionar negocios éticos y responsables. En tiempos de crisis como los que ahora vivimos necesitamos de empresas que demuestren hacer las cosas bien. Preguntémonos: ¿realmente la industria bancaria en el Perú está actuando de manera responsable con sus clientes? En el clima actual de incertidumbre y desconfianza, necesitamos un sistema financiero empático, solidario, que ayude a reconstruir. Y esta labor de recuperación económica no será sólo posible desde las acciones del gobierno sino se necesita de las empresas privadas y la banca privada en particular, para que con políticas y prácticas socialmente responsables puedan reactivar la economía y ofrecer oportunidades y generar confianza en beneficio de todos los sectores y en especial de sus clientes más pequeños.
Si desea comunicarse con la profesora e investigadora Julianna Ramírez escribir a julianna.ramirez@pucp.edu.pe
Nota. Artículo publicado en la Revista Stakeholders.
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