La rentabilidad sobre el (ROE) era incluso superior al promedio de sus competidores; sin embargo, fueron cerrados patrimonio ¿Por qué? Porque ambas organizaciones tenían un serio problema de liquidez y ello ponía en peligro los fondos de los ahorristas, ni contaban con niveles de liquidez que requería la SBS para operar.
Cuando una empresa busca crear valor en forma sostenida en el tiempo, debe tener una gestión adecuada de su liquidez y rentabilidad (Martin & Petty, 2000). Pero cuando enfrenta una crisis financiera como la actual, estos dos conceptos clave entran en conflicto; por lo tanto, la supervivencia y la creación de valor de toda empresa están dadas por el flujo de efectivo que cuente, lo que deja para el mediano y largo plazo la rentabilidad.
Hay empresas que muestran altas ganancias netas en sus estados de resultados y declaran el impuesto anual a las ganancias; sin embargo, cuando uno de sus proveedores le solicita la cancelación de una factura ya vencida, responden: “regrese la próxima semana o un mes”.
¿Entonces qué es más importante en época de crisis contar con liquidez o rentabilidad?
En un escenario de corto plazo, como el que estamos viviendo ahora, siempre será mejor la liquidez; tanto es así que con la Covid-19, todos estarán preocupados por capital de trabajo, dejando para el mediano y largo plazo la rentabilidad, que podrán ir obteniendo en el corto plazo y que luego se convertirán en “cash” y mejorar la liquidez para seguir operando.
El capital de trabajo de una empresa está constituido básicamente, por el efectivo que requiere una empresa para operar el día a día, las cuentas por cobrar comerciales para facilitar las ventas a través del crédito a sus clientes, y el inventario para producir o mantener un stock mínimo para cumplir con los despachos. Este es un tema crucial hoy en día; dado que la pandemia del Covid-19 no se acabará dentro de unos días y, por lo tanto, tendremos que acostumbrarnos a otras formas de adquirir productos, sin tener la amenaza de ser contagiados. Los negocios que ofrecerán el servicio necesitaran reinventarse y para eso requieren de capital de trabajo.
En épocas normales buscamos que el capital de trabajo sea negativo. Por ejemplo, el carpintero tiene capital de trabajo negativo ya que antes de iniciar un trabajo solicita un adelanto (para comprar la madera, insumos y movilidad). Es decir, trabaja con el dinero de otros. A su vez, los supermercados trabajan con el dinero de sus proveedores.
La liquidez es la capacidad que tiene una empresa para cumplir con sus obligaciones de corto plazo. Este es uno de los temas clave en los negocios. La operatividad de la empresa dependerá del efectivo disponible que haya en la tesorería de la empresa o en los bancos para cumplir con los proveedores, empleados, etc. Sin liquidez no tendrá la capacidad para innovar o implementar nuevas tecnologías, procesos, etc.
La rentabilidad se obtiene por el capital invertido; es un indicador que se calcula tomando como base los registros contables (Damodaran, 2007). Será real, siempre y cuando la empresa tenga la capacidad de cumplir con sus obligaciones de corto plazo y pueda pagar los dividendos a sus accionistas. No olvidemos que todo inversionista tiene la expectativa que su dinero crezca y que solo eso es posible siempre y cuando la rentabilidad obtenida sea distribuida en efectivo.
Cuando las empresas declaren el pago de los impuestos del año 2019, observaremos que muchas de ellas contablemente mostraran buena rentabilidad; pero lo cierto es que no contarán con la suficiente liquidez; por otro lado, habrá empresas que tienen buena liquidez, dado que están ofreciendo productos de la canasta básica familiar y medicamentos, pero una baja rentabilidad, por los costos adicionales que están asumiendo por el estado de emergencia.
Los ejecutivos hoy en día tienen que afrontar este dilema: solucionar los problemas de liquidez financieros, en el corto plazo, para evitar problemas en el capital de trabajo, incumplimiento con el pago a los proveedores, acreedores, empleados, entidades financieras, entre otros; para no perjudicar la operatividad de la empresa y sobre todo seguir obteniendo créditos. Recordemos que ninguna institución financiera, presta dinero al que no muestra capacidad de pago.
Por otro lado, debemos ver la falta de rentabilidad como un objetivo de largo plazo, reinventando proceso para mejorar la estructura de costos, incrementando ventas, reduciendo gastos innecesarios, implementando políticas de corto plazo, que se puedan maximizar la rentabilidad del negocio a largo plazo.
Siempre hay que tener presente que las empresas crecen por los flujos de caja que generan (Damodaran, 2001) y no necesariamente por las ganancias contables que muestran sus estados financieros; es con el flujo de efectivo y no las ganancias netas con que se adquiere activos. De nada vale llegar a los objetivos de ventas presupuestados y la rentabilidad esperada si no cuenta con una alta rotación de cuentas por cobrar y de inventarios, es decir, con cartera de clientes que estén produciendo la liquidez necesaria y un stock de mercadería o productos con alta rotación, que asegure la buena operación del negocio.
Siempre hay que tener presente que, con acciones de corto plazo, alcanzamos las metas del largo plazo.
Si desea comunicarse con el profesor Manuel Chu, de CENTRUM PUCP, escribir a jchu@pucp.pe
REFERENCIAS
Chu, Manuel, (2011) La creación de valor en las finanzas: mitos y paradigmas, Fondo editorial UPC, Lima, Peru.
Chu, Manuel (2018) Fundamentos de Finanzas: un enfoque peruano, novena edición, Financial Advisory, Lima, Peru.
Damodaran, Aswath, (2001) Corporate Finance: Theory and Practice, New Jesey: John Wiley & Sons
Damodaran, Aswath (2007). Return on Capital (ROC), Return on Invested Capital (ROIC) and Return on Equity (ROE): Measurement and Implications, Stern School of Business
Martin, Johan D. y Petty, William (2000) Value Base Management: The corporate response to the shareholder revolution, Harvard Business School Press. Boston
Müller, J. M., Buliga, O., & Voigt, K.-I. (2018). Fortune favors the prepared: How SMEs approach business model innovations in Industry 4.0. Technological Forecasting and Social Change, 132, 2–17.
CENTRUM PUCP se reserva sobre las opiniones personales presentadas en este artículo.