Los intentos del siglo XIX por parte de polímatas ingleses como Herbert Spencer y Francis Galton de clasificar a las personas en grupos de inteligencia no tuvieron éxito y los intentos de crear una prueba estandarizada fueron abandonados. Cuando los franceses Alfred Binet, Victor Henri y Théodore Simon lanzaron la prueba Binet-Simon en 1905, tuvieron más éxito. William Stern en 1912 acuñó la abreviatura IQ para el término alemán Intelligenzquotient, que utilizó para referirse a un método de evaluación de pruebas de inteligencia. Sin embargo, la idea de que la medición del CI sea tan fácil parece poco convincente cuando incluso los legos reconocerían que la inteligencia está destinada a ser compleja, enigmática y quizás indescriptible, siendo probablemente la función mental más intrincada que jamás haya evolucionado. El término Inteligencia Cultural (IC) es un concepto relativamente nuevo. El concepto es una construcción intelectual que representa la adaptación a diversas situaciones culturales. Es un marco conceptual para examinar la conexión entre el comportamiento organizacional, la cultura y la inteligencia humana. Las personas participan de manera intercultural con diferentes grados de éxito dependiendo de su nivel de IC. Desarrollar inteligencia cultural (IC) hace que uno sea un mejor gerente. Comprender cómo difiere la cultura de un miembro del equipo de la propia hace que uno sea un gerente más inclusivo, solidario y efectivo, especialmente en campos como la Gestión de Operaciones (GO). La GO es el proceso vital que, en el entorno empresarial tan competitivo de hoy en día, permite a las organizaciones sobrevivir y prosperar. Los conceptos de GO son extensos y tienen un impacto en cada parte de las operaciones de la organización. La educación en GO es importante para todos los estudiantes de administración, independientemente de su especialización. Los académicos de GO han asumido el desafío de proporcionar educación relevante para la economía global. Ha habido mucha investigación sobre cómo medir y mejorar la inteligencia cultural de los estudiantes, pero poco sobre la inteligencia cultural de aquellos que los preparan para su carrera en los negocios. La metacognición, la cognición, la motivación y el comportamiento son los cuatro componentes que conforman la IC. La IC metacognitiva refleja el nivel de conciencia cultural consciente de un individuo durante las interacciones interculturales. La IC cognitiva refleja el grado en que un individuo conoce y comprende normas, prácticas y convenciones en diferentes culturas. La IC motivacional refleja el interés, la confianza y la motivación de un individuo para adaptarse interculturalmente. La IC conductual implica desarrollar un repertorio versátil de respuestas conductuales que sean adecuadas en varias situaciones, así como la capacidad de cambiar tanto las acciones verbales como no verbales según las personas involucradas en una interacción o contexto cultural específico. La IC es un constructo multidimensional agregado; sus cuatro dimensiones son facetas cualitativamente diferentes de la capacidad general para funcionar y gestionar de manera efectiva en entornos culturalmente diversos. Para enseñar a los estudiantes a ser culturalmente inteligentes, los maestros necesitan enseñar con inteligencia cultural. Eso significa que cuán culturalmente inteligentes se vuelvan los estudiantes es una función del nivel de inteligencia cultural de los maestros. Los maestros que carecen de inteligencia cultural rara vez pueden esperar fomentar estudiantes que estén culturalmente interesados en el mundo y hábiles para gestionar conflictos interculturales. El cambio en las demografías de países y aulas en todo el mundo requiere que todos los maestros estén preparados para enseñar a diversos alumnos. Se espera que la inteligencia cultural de los maestros tenga una relación positiva con su comunicación interpersonal. Los maestros que tienen conocimientos sobre la cultura, incluido qué es la cultura, cómo son diferentes las culturas y cómo la cultura influye en el comportamiento y las habilidades, son de mente abierta y utilizan el contexto de una situación para apoyar su comprensión y demostrar comportamientos apropiados en la enseñanza. Además, tienden a ser abiertos, empáticos, solidarios y positivos, y entender la igualdad para fomentar la comunicación con estudiantes de diversos orígenes culturales. De hecho, se espera que los maestros tengan un alto nivel de inteligencia cultural. Para una enseñanza y aprendizaje efectivos y productivos, los maestros deben ser conscientes de los antecedentes culturales y experiencias previas de los estudiantes. Los maestros deben poseer autoconciencia cultural y desarrollar sus competencias interculturales. Además, se espera que los maestros tengan tolerancia hacia las diferencias culturales y animen a sus estudiantes a desarrollar lo mismo. Enseñar con inteligencia cultural implica múltiples elementos, incluida la conciencia de los maestros sobre su propio nivel de inteligencia cultural y sus caminos de desarrollo para aumentar su inteligencia cultural (Goh, 2012, p. 404). Para descubrir los caminos de desarrollo apropiados, es necesario descubrir los determinantes de la IC. Esta investigación mide la IC de los educadores en GO y los determinantes de una IC más alta. El hallazgo principal es que las excursiones de enseñanza en países culturalmente distantes son el factor más importante para mejorar la IC de los educadores en GO.
DATO: Este artículo se basta en la investigación Determinants of Cultural Intelligence of Operations Management educators, realizada por Anand Asthana, professor e investigador de CENTRUM PUCP.