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Why might home-based work duties be perceived by female academics as extreme? A qualitative study

Este estudio tiene como objetivo responder a la siguiente pregunta: ¿Por qué las tareas laborales desde casa podrían ser percibidas como extremas por las académicas? El profesor Mousa y el profesor Avolio emplearon un método de investigación cualitativa a través de entrevistas semiestructuradas con 33 académicas de tres universidades públicas seleccionadas de entre 26 instituciones públicas de educación superior en Egipto.

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En los últimos tres años, las universidades de todo el mundo han obligado a sus académicos a trabajar desde casa con el objetivo de limitar los contagios de Covid-19. Este cambio repentino del trabajo tradicional en campus y oficinas al trabajo desde casa se ha caracterizado por una menor formalidad, ya que los académicos, al igual que otros empleados, han tenido que ajustar muchas de sus estrictas prácticas de oficina, incluyendo rutinas, horarios y ubicaciones fijas para las clases, el trabajo de investigación y las reuniones. Trabajar desde casa podría contribuir a reducir muchos de los desafíos relacionados con el trabajo (como enfermedades mentales, depresión, ansiedad y agotamiento) que enfrentan los académicos. Esto coincide con los resultados de encuestas realizadas en el Reino Unido, que destacan que el 29 por ciento de los empleados encuentran una asociación positiva entre los arreglos laborales flexibles (como el trabajo desde casa) y un alto desempeño.

El reemplazo repentino del trabajo en la oficina por el trabajo desde casa ha provocado fatiga ocular, agotamiento por pantallas, enfermedades físicas y depresión. Este aumento en las intensas tareas académicas reduce, en gran medida, el tiempo que los académicos pueden dedicar a compromisos familiares y personales, lo que, a su vez, ha llevado a los autores a percibir los trabajos académicos como extremos. Un trabajo se describe como extremo cuando se realiza en situaciones de riesgo e incertidumbre. El concepto de “trabajo extremo” se utilizaba anteriormente para referirse a empleos en el ámbito militar y los servicios de emergencia.

Para cumplir con sus responsabilidades, quienes tienen trabajos extremos suelen trabajar 60 horas a la semana y, según Hewlett y Luce, “deben satisfacer al menos cinco de las siguientes diez características: flujos de trabajo impredecibles, trabajo a ritmo acelerado con plazos estrictos, un alcance desproporcionado de responsabilidades que equivale a más de un empleo, eventos laborales fuera del horario regular de trabajo, disponibilidad para los clientes 24/7, responsabilidad por ganancias y pérdidas, responsabilidad en mentorías y contrataciones, una gran cantidad de viajes, muchos subordinados directos y, por último, presencia física en el lugar de trabajo por al menos 10 horas al día”.

El trabajo desde casa (WFH, por sus siglas en inglés) ha sido sugerido como una solución para muchas de las desventajas profesionales de las académicas. Basándose en lo anterior, y dado el escaso número de estudios empíricos sobre el trabajo desde casa y su relación con las tareas laborales extremas en el contexto académico, el profesor Mousa y el profesor Avolio se dirigieron a académicas que trabajan en universidades públicas en Egipto para responder a la siguiente pregunta: ¿Por qué las tareas laborales desde casa podrían ser percibidas como extremas por las académicas?

Este artículo contribuye al diálogo global no solo sobre los arreglos laborales flexibles, como el trabajo desde casa (WFH, por sus siglas en inglés), que han sido intensamente discutidos desde la propagación del Covid-19, sino también sobre las desventajas profesionales que impactan negativamente la producción de investigaciones, las capacidades docentes y la representación en altos cargos administrativos académicos para las académicas. En este sentido, el profesor Mousa y el profesor Avolio identificaron que la implementación repentina del WFH, según lo perciben las académicas, ha hecho que sus tareas académicas sean más extremas.

En su nivel más simple, el trabajo extremo implica horarios laborales antisociales que los empleados (en este caso, las académicas) aceptan y desempeñan como parte de su trabajo, lo que afecta negativamente su estado mental y físico. En este contexto, las académicas deben trabajar largas horas con cargas docentes pesadas, estar constantemente disponibles para los estudiantes por correo electrónico, supervisar a estudiantes, cumplir plazos estrictos, asistir a numerosas reuniones y redactar informes. En consecuencia, su salud física y mental se ve perjudicada.

Además, encontramos los siguientes cuatro factores que anteceden a que las académicas perciban sus roles académicos a través del WFH como extremos: fatiga mental y física, incapacidad para cumplir adecuadamente con las obligaciones familiares al trabajar desde casa, instalaciones y recursos inadecuados disponibles en el hogar y la obligación de desviar su enfoque de la reducción de las desventajas profesionales de larga data. Estos cuatro factores intensifican las tareas (por ejemplo, enseñar, investigar, evaluar, presentar, supervisar tesis y asistir a reuniones) que las académicas suelen tener que cumplir.

Referencias:

Mousa, M. & Avolio, B. (2024), ” Why might home-based work duties be perceived by female academics as extreme? A qualitative study”. Asia-Pacific Journal of Business Administration.

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