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Un enfoque humanista para el desarrollo del pensamiento crítico en educación empresarial: integración de complejidad, procesos duales y competencias reflexivas

Un curso innovador en Centrum PUCP integra filosofía, psicología y ética para transformar la enseñanza del pensamiento crítico en educación empresarial, superando la fragmentación tradicional entre lo técnico y lo humano mediante un abordaje integral que forma líderes más conscientes.

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La educación empresarial enfrenta una paradoja: vivimos en un mundo más tecnificado que demanda urgentemente competencias más humanas. Los enfoques tradicionales del pensamiento crítico privilegian habilidades técnicas fragmentadas, creando una escisión artificial entre racionalidad y afectividad. Este estudio aborda esa brecha mediante un modelo pedagógico que reconoce la complejidad inherente de los desafíos contemporáneos.

La formación empresarial contemporánea presenta una fragmentación problemática entre habilidades técnicas y humanas. Mientras el pensamiento crítico emerge como competencia esencial en los rankings globales de habilidades demandadas, su enseñanza tradicional se centra en enfoques algorítmicos que prometen eficiencia pero dejan de lado dimensiones fundamentales del desarrollo humano.

El curso de Pensamiento Crítico implementado en Centrum PUCP entre 2022 y 2025 propone una alternativa integral. Se analiza la aplicación a 19 cohortes de MBA y maestrías especializadas, el modelo integra tres marcos teóricos complementarios: la taxonomía de competencias de Peter Facione, el paradigma de complejidad de Edgar Morin, y la teoría de procesos duales de Daniel Kahneman.
Esta síntesis teórica trasciende la visión reduccionista tradicional. Mientras Facione aporta la estructura de habilidades cognitivas (interpretación, análisis, evaluación, argumentación), Morin introduce la perspectiva de complejidad que reconoce las contradicciones inherentes a la realidad y la necesidad de superar la fragmentación disciplinaria. Kahneman complementa el modelo explicando por qué incluso los ejecutivos más racionales son susceptibles a sesgos sistemáticos, validando la importancia de reconocer la falibilidad de nuestros procesos mentales.

La propuesta instruccional se estructura alrededor de tres pilares metodológicos: la generación de disonancia cognitiva mediante recursos como la “Alegoría de la caverna” y películas como “The Matrix”; la exposición a casos interculturales que desafían marcos interpretativos dominantes; y el diálogo reflexivo inspirado en la tradición socrática, donde el aprendizaje emerge de la problematización colectiva.
El curso progresa a través de cinco dimensiones: Fundamentos (desanclaje cognitivo), Interpretación (comprensión empática), Análisis (descomposición de problemas), Evaluación (juicio crítico contextualizado), y Argumentación (responsabilidad ética). Esta secuencia culmina en un proyecto integrador donde los estudiantes abordan dilemas éticos genuinos, no para encontrar “soluciones correctas” sino para desarrollar la capacidad de navegar la complejidad moral inherente a la toma de decisiones empresariales.

Los resultados, basados en encuestas institucionales (n=97) y análisis cualitativo de testimonios, evidencian transformaciones significativas en cinco áreas: impacto intelectual-emocional, aplicabilidad profesional inmediata, revalorización del diálogo ético, reconexión con la dimensión filosófica, y transformación de la relación docente-estudiante. Las puntuaciones docentes promediaron 96.5% con un Net Promoter Score del 81%.

Particularmente reveladores son los testimonios cualitativo. “Es la primera vez en mi vida que entendí la importancia de la filosofía y del pensamiento crítico en el desarrollo de una persona”, expresa un estudiante. Otro señala: “Durante el desarrollo del curso he podido cuestionar asuntos que tenía determinados como ‘verdad absoluta’; hoy me considero una persona más cuidadosa al ejercer juicios de valor”.

Contrario a percepciones de que los enfoques humanistas carecen de aplicabilidad práctica, múltiples testimonios confirman implementación directa: “Ayuda a mejorar el pensamiento crítico a la hora de tomar decisiones en el rubro minero”. Esta integración valida que la separación entre lo personal y profesional constituye una ficción peligrosa en la formación de líderes.

El modelo sugiere que la formación en pensamiento crítico debe integrar habilidades lógico-formales con reflexión ética profunda. La evidencia de cinco años revela que el pensamiento crítico auténtico surge (o se activa) cuando se crean condiciones para cuestionar los propios marcos interpretativos, formando líderes más conscientes para entornos organizacionales complejos.

Referencia:

Sotomayor Zambrano, M. G. (2025). Un enfoque humanista para el desarrollo del pensamiento crítico en educación empresarial: integración de complejidad, procesos duales y competencias reflexivas. CIEG, Revista Arbitrada del Centro de Investigación y Estudios Gerenciales, 74, 61-73.

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