La pandemia de COVID-19 causó enormes pérdidas en vidas humanas, así como en las economías nacionales, pero a la vez permitió evaluar la capacidad de respuesta de los distintos países a partir de sus resultados. Un nuevo estudio escrito por Vincent Charles (CENTRUM PUCP), Sanjeet Singh (Indian Institute of Management Lucknow) y Utsav Pandey (Shiv Nadar University) evaluó la utilización eficiente de los recursos disponibles para lograr una mortalidad baja y una recuperación alta. El modelo de análisis envolvente de datos (DEA por sus siglas en inglés) utilizado por los investigadores ayudó a abordar el conflicto entre las dos etapas sobre el manejo de las personas infectadas.
La planificación y la formulación de políticas económicas globales persiguen un uso cauteloso de los insumos, teniendo en cuenta al mismo tiempo factores macroeconómicos como los elementos demográficos y socioculturales. Constantemente se buscan estrategias que permitan contener y frenar la propagación de Covid-19, más allá de las medidas médicas. Entre las medidas no médicas se incluyen los cierres de los negocios, la reducción de las reuniones sociales, la facilidad de acceso a la información, el mantenimiento del distanciamiento social, la desinfección y las medidas de aislamiento. Las medidas médicas se refieren principalmente a la hospitalización y el tratamiento de las personas infectadas.
Por un lado, la asignación óptima de los recursos es crucial para la utilización eficiente de los recursos de la cadena de suministro sanitario a medida que aumenta la demanda de capital y personal sanitario. Por su parte, las intervenciones no médicas buscan identificar al máximo número de personas infectadas y maximizar el número de pruebas realizadas, siendo el objetivo principal de las pruebas identificar al mayor número posible de personas infectadas. La actuación de un país frente a una pandemia depende de la coordinación entre las oficinas administrativas y los centros sanitarios. El estudio permitió observar que los países de la OCDE se encuentran en diferentes niveles de madurez y desarrollo en cuanto a la utilización de la tecnología para la gestión de Covid-19.
La evaluación de los resultados de los países de la OCDE en respuesta a la pandemia fue oportuna y útil para la comunidad mundial de académicos e investigadores. El estudio identificó las áreas de mejora de las medidas sociales y los servicios médicos en aquellos países. La observación sobre los puntos de mejora ciertamente posee implicaciones para cualquier pandemia o catástrofe natural futura. El marco DEA incluye los vínculos (las medidas intermedias) entre las dos etapas que desempeñan un papel importante en un mecanismo sincronizado de control de la enfermedad. El análisis comparativo de las externalidades, por ejemplo, el gasto sanitario y la proporción de personas mayores, que influyen en el resultado de las contramedidas de los países pueden utilizarse para llegar a conclusiones más amplias que perfeccionen los marcos políticos a escala nacional.
Así, gracias a la gran variedad de modelos matemáticos utilizados en el campo de la epidemiología, este trabajo abrió nuevos ámbitos en la modelización, por ejemplo, la asignación de recursos compartidos y el análisis estocástico.
REFERENCIAS
Singh, S., Vincent, C., & Pandey, U. (2023). Examining operational efficiency with prudent risks of Covid-19: a contextual DEA analysis with an undesirable intermediate measure. Annals of Operations Research. https://doi.org/10.1007/s10479-023-05207-7