A lo largo de la historia las crisis han significado grandes desafíos para las empresas, debido a que requieren medidas correctivas y las capacidades necesarias para adaptarse a las circunstancias emergentes. El escenario de recesión actual pone en jaque al capital de trabajo y demanda una gestión eficiente a fin de robustecer la liquidez (BVL 2020). La gestión del capital de trabajo y de la liquidez está relacionada con la capacidad de la empresa para afrontar los gastos operativos que representan el flujo financiero a corto plazo (Córdova 2016). Por ello una gestión adecuada de ambas permitirá mantener o incrementar la operación diaria de las empresas.
Hernández (2020) indicó que la rapidez del brote del Covid-19 ha desencadenado una crisis muy grave a escala mundial, no solo por las consecuencias sanitarias sino también por las repercusiones económicas; en ese contexto, la administración del efectivo es una pieza clave para la supervivencia y el crecimiento de cualquier empresa. En consecuencia, es necesaria una gestión eficiente del capital de trabajo, ciclo de efectivo, políticas para reducción de gastos y exploración de ingresos alternativos (Deloitte, 2020). Así también, Benites (2020) mencionó que el brote del nuevo coronavirus pone en peligro la supervivencia de las empresas en el corto plazo debido al impacto económico sobre los ingresos, la cadena de suministro y su liquidez.
En la actualidad las empresas pueden activar sistemas defensivos para asegurar su continuidad de dos formas. En primer lugar, se planificar la liquidez, entendida como la capacidad de reunir efectivo rápidamente para saldar sus deudas (como lo sostienen Ntui, Kiemi, Gwatako, y Halim, 2014), así como emplear herramientas para minimizar el déficit presupuestario en el corto plazo. En segundo lugar, se debe recurrir a la gestión de capital de trabajo conformado por la diferencia del activo con el pasivo corriente. Su eficiente manejo es vital en las empresas, ya que les permite contar con la liquidez necesaria para cubrir sus obligaciones de corto plazo, como resultado de la eficiente aplicación del ciclo de conversión del efectivo, según Gitman & Zutter (citados por García, Galarza, y Altamirano, 2017).
En un estudio realizado a pequeñas empresas del Instituto JPMorgan Chase, Farrell y Wheat (2020) encontraron que muchas de ellas no contaban con suficiente efectivo para continuar sus operaciones durante una recesión económica u otro shock negativo. Considerando la importancia de contar con efectivo, el gobierno del Perú viene promulgando decretos de urgencia tomando medidas que ayuden a las empresas a recuperar liquidez tras el golpe de la paralización de actividades por la cuarentena; de esta manera se propone desplegar esfuerzos para dar continuidad a la cadena de pagos y la preservación de los puestos de trabajo. Por este motivo se aprobaron medidas como el subsidio a las planillas, el Fondo de Apoyo Empresarial, el programa Reactiva Perú y la prórroga en el pago de obligaciones tributarias (El Peruano 2020).
En conclusión, el escenario actual obliga a las empresas a cambiar su mindset financiero y tomar decisiones de corto plazo. Para que las empresas puedan subsistir en épocas de crisis, es imperativo tener una eficiente y efectiva gestión de capital de trabajo y liquidez. Solo ello podrá garantizar sus operaciones sin descuidar la visión del ecosistema financiero de la empresa. De esta manera, no solo se brindará la liquidez que las empresas necesitan para mantener el proceso productivo sino que también se contribuirá a su sostenibilidad a lo largo del tiempo.
Los estudiantes Alberto Paredes López, Rosa Isabel Mejía Asencio, Julio César Mogollón Vilca y Miguel Ángel Portuguez Alvis son estudiantes del programa MCI Finanzas Fintech XII, quienes han elaborado este ensayo en el curso de Seminario de Tesis 1.
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