Una revisión de la legislación y archivos de la época muestra que para reducir los costos de monitoreo, los prestamistas solicitaban garantías para préstamos, por lo cual el sistema legal permitió a propietarios e inquilinos usar sus bienes (tierras y capital móvil) como avales para acceder a créditos.
En este contexto los notarios de Lima desempeñaron el papel de intermediarios financieros, pues ellos certificaban una variedad de documentos como sucesiones, ventas, pagos, préstamos, entre otros, y por lo tanto tenían mucho conocimiento sobre la riqueza y la historia financiera de miles de personas.
Confiando en la intermediación financiera de los notarios, los prestamistas superaron parcialmente los problemas de selección. Como resultado, el acceso al crédito entre 1840 y 1850 fue alto; por ejemplo, alrededor del 44% de propietarios e inquilinos en la provincia de Lima recibieron al menos un préstamo.
Sin embargo, el papel de los notarios era geográficamente limitado: no tenían información sobre los no limeños. Esta asimetría de información restringió severamente los préstamos interregionales, debido a que los prestamistas tenían que recopilar la información sobre los no limeños a un alto costo y optaban por conceder la mayor parte de sus préstamos rurales a otros limeños.
El caso de Lima entre 1825 y 1865 proporciona información interesante sobre las asimetrías de la información y contribuye a nuestra comprensión sobre el mercado de crédito rural antes de la aparición de los bancos en el Perú.
El paper titulado “Information Asymmetries and Agricultural Credit: Evidence from the Pre-banking era in Lima, 1825-1865” del profesor e investigador Luis Felipe Zegarra fue publicado en Emerald Publishing Limited.