Las CTI son elementos indispensables para el progreso de cualquier país; sin embargo, a lo largo del tiempo se ha evidenciado que los factores sociales y de género han sido cruciales en la existencia de una brecha que ha resultado en la baja representatividad de las mujeres en el sector; esto a su vez genera una pérdida de la inversión social e individual de capital humano y de talento, afectando el desarrollo socioeconómico y la competitividad del país.
El estudio “Factores que Influyen en el Ingreso, Participación y Desarrollo de las Mujeres en Carreras Vinculadas a la Ciencia, Tecnología e Innovación en el Perú” nos muestra que apenas el 29.2% de los estudiantes matriculados en carreras de ciencia y tecnología son mujeres; mientras que solo el 32% de egresados lo son, a pesar de que en estudios escolares y universitarios, las mujeres se encuentran por encima del 50%.
En cuanto a la docencia, en universidades privadas y públicas las mujeres representan el 35% y 26%, correspondientemente. En el campo de la investigación, solo el 31.9% son mujeres, dando un total de 4,2 hombres frente a 1 mujer investigadora.
Estos resultados son la suma de factores transversales a las diversas etapas de la vida de las mujeres y es por ello que se requieren esfuerzos conjuntos entre el Estado, las instituciones educativas y las empresas para que, a través de medidas específicas, se logre mayor participación femenina en las ciencias.
Se debe promover a la ciencia y a la tecnología como fundamental para la sociedad, alentando a hombres y mujeres, de diferentes niveles socioeconómicos y etnicidad el interés por las actividades científicas. Es importante también realizar cambios curriculares (inclusión de cursos de humanidades y habilidades de comunicación así como cursos de historia de la ciencia) y en modelos de enseñanza (autoeficacia en las mujeres estudiantes, mejorar la interacción de los estudiantes, trabajos en equipo, hacer más explícita la relación entre la teoría y la práctica) con el fin de modificar la cultura masculina de las carreras vinculadas a las ciencias.
Asimismo, se aconseja tener políticas y reglamentos claros que eviten el lenguaje sexista y el hostigamiento a todo nivel, pues crear un clima más apropiado para el aprendizaje y desarrollo profesional es una tarea fundamental.